COSTA DA MORTE

Abarca la zona costera comprendida entre el Cabo Fisterra hasta el municipio de Malpica de Bergantiños. Su denominación le viene de lo escarpado de sus costas, el duro mar que la rodea y los innumerables naufragios de los que ha sido testigo. La villa y cabo de Fisterra, Fin de la Tierra, es para muchos peregrinos el verdadero final del Camino de Santiago. La zona destaca por sus tradiciones e innumerables leyendas, en su mayoría vinculadas al mar. Nuestra ruta le llevará a la Costa da Morte por Muros y Carnota, una visita imprescindible para ahondar en las costumbres y tradiciones gallegas.

Una hora y media separan Santiago de la marinera villa de Muros, importante núcleo pesquero que mantiene sus calles empedradas y porticadas, que antiguamente servían para resguardar los utensilios de pesca o los mercados de venta de los productos del mar. Saliendo de Muros nos dirigimos por la AC-550 hacia Carnota, donde se encuentra uno de los más grandes hórreos gallegos, formando parte de un bello conjunto arquitectónico compuesto por el hórreo, la casa rectoral y la iglesia. Carnota posee también la playa más extensa de la comunidad gallega con 6 km de arenal virgen. Bordeando la costa llegaremos a Ézaro y su mirador, al que se accede por una estrecha carretera sinuosa. La subida vale la pena. Desde allí contemplaremos el salto de agua y una panorámica impresionante de la costa.

Su denominación viene de las escarpadas riberas y el duro mar que la rodea

A media hora de trayecto costero está Fisterra. Considerado por los romanos como el punto más occidental del mundo conocido, el Cabo es el lugar en el que muchos peregrinos rematan su Camino. En los meses de verano no es de extrañar encontrarse allí a grandes grupos de peregrinos aguardando la puesta de sol al atardecer. Su faro ha salvado vidas desde su construcción en 1853. Y es allí donde la tradición ubica el mágico Ara Solis, altar levantado como tributo al sol que se precipita al mar entre grandes llamaradas.

Ya en Fisterra merece la pena acercarse a la Playa de Langosteira. Lejos del oleaje y del viento a que se ven sometidas las playas de mar abierto, Langosteira se caracteriza por sus aguas tranquilas y limpias así como por la calidad de la arena. En la parte norte hay un curioso cruceiro que parece presidir el arenal, llamado Cruz de Baixar. La costa es lugar de pescados y mariscos.

Desde Fisterra hay que acercarse a Muxía, otro de los grandes centros de la tradición y la religiosidad de Galicia, con su Santuario y Pedra de la Virgen de la Barca. La Pedra de Abalar es de hecho una de las tradiciones más bellas de la Comunidad. Se trata de una gran piedra plana, situada sobre el mar, que por su colocación se puede mover fácilmente con el peso del propio cuerpo. La antropología adjudica a este rito capacidad de sanación o iniciación.

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