ORTEGAL
Con un patrimonio natural espectacular, unas tradiciones muy arraigadas y una gastronomía excelente, la comarca de Ortegal está entre las visitas imprescindibles para quien viaja a Galicia. La Casa Grande do Bachao se encuentra a hora y media en coche de esta zona al norte de la provincia de A Coruña, pero el desplazamiento merece la pena.
La ruta se puede comenzar en Valdoviño, localidad a la que se llega tomando la autopista AP9 en Compostela en dirección norte, y una vez llegados a Ferrol, la salida indicada hacia Cedeira. Pequeña villa de orientación turística, Valdoviño cuenta con una playa espectacular, A Frouxeira, muy concurrida en los meses de estío y escoltada por una laguna de gran importancia natural. En uno de los extremos de la playa se encuentra el faro de Punta Frouxeira, desde el que se domina toda la zona costera.
Siguiendo en dirección norte se encuentran dos de las playas más hermosas de Galicia. La de Pantín es conocida por su oleaje, que reúne cada mes de septiembre a los mejores surfistas del mundo para disputar la Pantín Classic, con treinta años de historia. Un poco más allá, tras superar unos cambios de rasante con impresionantes vistas de la ría de Cedeira, se encuentra la playa de Vilarrube, más tranquila y familiar, de espectacular extensión durante la bajamar.
Rebasado el puente blanco de O Puntal se entra en el municipio de Cedeira, una localidad que destaca por su pequeño casco viejo y la gran actividad que registra en los meses de verano. La gastronomía (percebes de la zona, rape a la cedeiresa, marraxo, calamares…) atrae cada fin de semana a muchos visitantes de la comarca y de toda Galicia, así como los muchos atractivos naturales con que cuenta el concello. Los más cercanos al pueblo, subiendo por detrás del casco viejo, son la ermita de San Antonio de Corveiro (a la que cantó Andrés Dobarro) y el faro de Candieira, con su revirada bajada, no apta para cualquier conductor.
Desde el centro de Cedeira parte también la carretera que sube hacia San Andrés de Teixido y la Sierra de A Capelada. Colgado sobre un acantilado, el pequeño pueblo de San Andrés es uno de los centros de devoción religiosa más importantes de Galicia. La tradición dice que todas las ánimas acaban visitando el lugar, y que quien no ha ido de vivo irá una vez difunto, en forma de animal, así que cuidado dónde se pisa. Hay que visitar la capilla y la fuente, un poco más abajo, y hacerse con un manojo de ‘herba de namorar’. Más allá de San Andrés, por una carretera que serpentea en el borde del acantilado, se encuentra el acantilado de Herbeira, cuyo punto más alto, la Garita, está a casi 700 metros de altura, con una caída casi vertical sobre el Atlántico.
La carretera baja de Herbeira baja hacia Cariño (mejor asegurarse de que la niebla no ha cerrado por completo la visibilidad). Cariño es una localidad marinera e industrial que también destaca por su gastronomía. En su extremo norte está el Cabo Ortegal, espectacular entrante de la tierra en el mar de gran valor natural y geológico. Desde el Faro, construido en los años 80, se divisan las siluetas cortantes de los Aguillóns y, a la derecha, Estaca de Bares.
Volviendo a Cariño y sobrepasándolo se llega, tras unos diez kilómetros, a la carretera de la costa, que une Ferrol con Viveiro. Tomando ala izquierda llegaremos a Ortigueira, villa famosa por su gastronomía y por el festival de música celta que se celebra cada mes de agosto.
Desde Ortigueira se puede regresar a Bachao tomando primero la amplica carretera que va hasta As Pontes, allí la autovía hacia Ferrol y en esta ciudad la AP9 en dirección Santiago.